Oxmox le aconsejó que no lo hiciera, porque había miles de comas mal puestas, signos de interrogación salvajes y semikoli taimados, pero el Pequeño Texto Ciego no le hizo caso. Empaquetó sus siete versalia, puso su inicial en el cinturón y se puso en camino. Cuando llegó a las primeras colinas de las Montañas Itálicas, tuvo una última vista hacia el horizonte de su ciudad natal, Bookmarksgrove, la cabecera de Aldea Alfabeto y la sublínea de su propio camino, el Carril de la Línea. Compadecida, una pregunta retórica recorrió su mejilla, y luego continuó su camino. En su camino se encontró con un ejemplar. La copia advertía al Pequeño Texto Ciego.
puso su inicial en el cinturón y se puso en camino. Cuando llegó a las primeras colinas de las Montañas Itálicas, tuvo una última vista hacia el horizonte de su ciudad natal, Bookmarksgrove, la cabecera de Aldea Alfabeto y la sublínea de su propio camino, el Carril de la Línea. Compadecida, una pregunta retórica recorrió su mejilla, y luego continuó su camino. En su camino se encontró con un ejemplar. La copia advertía al Pequeño Texto Ciego.
